domingo, 26 de octubre de 2008

La rosa negra


Le habían dado muchas flores en el funeral de su marido pero sólo guardaba una en la memoria.
Era una rosa negra, una sola.
No recuerda quién se la había regalado, pero eso no importa.
Era una rosa, como el resto de las flores que le habían dado.
Pero era la única de ese color.
Todos vestían de negro en el funeral.
Sólo esa flor era negra.
Y pinchaba.
Recuerda que se pinchó en el dedo con el tallo de esa rosa.
Y que se limpió la sangre en un pañuelo blanco.
El pañuelo lo guarda desde entonces, sin lavarlo, con la misma mancha de sangre del fueneral.
La rosa por desgracia se marchitó y la tiró.
La rosa se había ido con él.
Por una espiral.
Al Infierno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario