lunes, 1 de junio de 2009

Autopista




Sonaba una canción de Metallica en el coche. La cinta cassete era vieja pero seguía funcionando. Richard la tarareaba mientras se desvió por la salida a la autopista.
Nanana... Master..., nanana... Master, Master of Puppets...nanana...
La rotonda estaba en obras por lo que se metió por la carretera de la izquierda. Se sabía bien ese camino pero era la primera vez que lo hacía de noche. Y además con el apagón de esa noche no veía más que lo que le alumbraban los faros del coche. Por eso había puesto las largas.
Miró a la izquierda por el retrovisor y no vio que se acercara ningún coche. Aceleró y...
¡Plasch!
Un coche le invistió por detrás. 
Salió volando por el parabrisas atravensándolo con la cabeza. 
Cayó al suelo.
Le sangraba la cabeza.
Tenía sagre en la boca.
No veía con el ojo derecho.
Y... No podía mover las piernas.
Ni los brazos. 
Nada.
Nada.
De pronto se le nubló la vista y dejó de sentir.
Estaba muerto.
Muerto.
Muerto.

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