viernes, 2 de enero de 2009

Vampiro


Eran muchos, muchísimos. Hice una mirada rápida y conté unos dos mil. Pero luego me fijé en que había también muchos más detrás de los grandes toneles y seguro que había más dentro de las cámaras. Eran por lo menos cinco mil. Cinco mil chiflados. Cinco mil vampiros que sólo salían de noche y que se alimentaban de nuestra sangre. Y nosotros éramos sólo cinco. Y dos de nosotros eran mujeres. Y una embarazada de seis meses.
No sé cómo lo hicimos pero uno de los nuestros, el más anciano (todavía recuerdo su bastón con la empuñadura de marfil con forma de calavera) se acercó al jefe de os vampiros. Lo miró con cara de pocos amigos, pero lo peor fue la reacción del vampiro. Sonrió. Sí, sonrió, enseñando sus colmillos que, a pesar de haber podido morder el cuello de cientos de personas y de haber bebido sangre de todo tipo, estaban limpios y muy blancos. Casi brillaban a la poca luz de la luna que había en ese momento. El vampiro sonrió pero el anciano no le respondió con una sonrisa. En un rápido movimiento sacó el revólver de su bolsillo y disparó al vampiro e pleno corazón. Todo se detuvo en ese momento. Nosotros, los normales, no podíamos quitar la mirada del agujero que la bala había surcado en el vampiro atravesando la poca ropa que llevaba y su propia piel. Los vampiros seguían con sus miradas vacuas y vacías sin mirar a ningún sitio y al mismo tiempo obsevándolo todo.
No hubo ninguna reacción en el jefe de los vampiros que no fuera la de un vampiro. Primero bajó la mirada hacia el agujero que había en su pecho. Luego levantó la cabeza para mirar al anciano que seguía apoyado en su bastón con la calavera de marfil. En un mismo movimiento echó la cabeza para detrás en señal de mirar hacia el cielo y abrió los brazos en cruz con las palmas de las manos hacia arriba. Profirió un grito inhumano; se me heló la sangre en ese momento que duró una eternidad. De pronto todos los chiflados que teníamos delante (incluidos los de dentro de las cámaras y que no podíamos ver) repitieron el gesto del jefe y ese grito nos congeló el corazón. Me acerqué a la mujer embarazada y dejé que se apoyara en mí para que no cayera desmayada.
El segundo grito duró dos eternidades. Y no pude aguantar. Solté a la mujer dejando que cayera al suelo de golpe y me abalancé hacia el jefe de los vampiros. Sabía que era inútil, pero no aguantaba más. Mis piernas reaccionaron rápidamente a pesar de que no tenía fuerzas y sentí que se movían solas, en un ademán de echar a volar. Fui directo hacia él con el cuchillo que había cogido en la carnicería minutos antes dispuesto a clavárselo en el cuello. En el puto cuello, joder. Fue un movimiento letal. Pero para mí. Cuando el cuchillo ya se acercaba a su cuello, con una mano me agarró del brazo de la mano con la que lo sostenía y con el otro me golpeó en el estómago. Me caí hacia delante, hacia él, dejando mi cuello a la altura de su boca. Mi barbilla cayó sobre su hombro y el resto fue peor que la muerte. Sentí cómo penetraban sus colmillos en mi piel, cómo mi sangre se congelaba, cómo célula a célula me convertía en uno de ellos. Unos instantes después me sentí libre. Me separé del vampiro y miré mis manos. Eran blancas como la cal. Y mis brazos. Pero ya no me importaba. Ahora sólo tenía sed.
Me giré sobre mis talones y la vi a ella. A la mujer embarazada, tirada en el suelo, desvanecida. Me dirigí hacia ella a una velocidad pasmosa, como si volara y mis colmillos sin estrenar penetraron en su cuello. Fue una sensación genial. Bebí, bebí con ansia, con lujuria, haciéndola una de los míos. Bebí y degusté el sabor de la verdadera sangre. Me sentía libre a pesar de estar muerto. Era un vampiro. Y me gustaba. Y me sigue gustando. Te esperaré.

2 comentarios:

  1. dices que eres vampira pero ¿como lo sabre? no tengo pruebas de que eres vampira dime algo para convenserme mi correo es: ice-princess28@hotmail.es escribeme

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  2. Pregunta a todos los Vampiros Reales del Mundo. Dice Dios que soy unos cobardes que no dáis la cara y que está buscando a vuestro jefe. La pregunta es: ¿Quién es el que organiza todos los clanes de vampiros en el Paraíso de la Tierra?. Dios dice que lo está buscando y que lo encontrará para comprarle su alma. Un abrazo hermanos. Sí queréis saber quien soy, soy Jesús del Gran Poder.

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