viernes, 26 de diciembre de 2008

Velocidad temporal


Sigo pensando en el tiempo, y es que los días pasan a una velocidad vertiginosa, como si tardara un día completo en pulsar cada tecla de este pequeño ordenador.

Y cada día me parece todo más lejano, cada día estoy más ausente y mis sentidos funcionan peor... Bueno, no todos; el oído sigue funcionando a la perfección. Suena Cradle of Filth, Beneath the howling stars. Bajo las estrellas que aúllan. Aúllan llamándonos a todos.

No sé qué es lo que me pasa cada día. No sé qué siento, pero creo que amaina a medida que pasan las vacaciones. Creo que es mejor así, que no debería continuar acudiendo a clase...

Ahora suena Bathory Aria, y me hace pensar de nuevo al son de los acordes, que suenan como violones. Ahora suena la batería, la guitarra...

Ojalá algún día yo sepa tocar así, con esa ligereza, con esa velocidad...

Eso es lo que me falla: la velocidad. Y no sólo en tocar la guitarra, sino en todo. Todo...
En pensar, en vivir, en disfrutar...

No sé cómo hacer para que el tiempo sea más lento pero la velocidad del tiempo me sigue acechando, me vacila, me hace temblar.

Es incoherente que intente ser más rápido que él pero, a veces, no está de más hacer alguna estupidez. Como tentar al Diablo haciendo o imitando hacer espiritismo. A veces hacer el tonto es hacer lo que más se puede parecer a uno mismo. A veces no tengo tiempo para pensar lo que hago; a veces el tiempo es más que suficiente para pensar, pero no es ni lo necesario para actuar.

Y así es cómo mi vida se va a la mierda, cómo tiro las cosas por la borda, sin saber que son cosas útiles, porque no hay tiempo para pensarselo, porque mi barco ha encallado y hay que vaciarlo...

Bathory Aria ahora suena más tranquila, invitándome a continuar escribiendo...
Pero no creo que merezca la pena, sé que nadie lee estas palabras.
Si tú eres alguien, hazme saber que has leido esto; necesito saberlo.
Y alguien ya sabe quién es.

No hay comentarios:

Publicar un comentario