miércoles, 22 de abril de 2009

Soneto 3



Las estrellas en el cielo brillaban
mientras aquí, entre la tierra y el agua,
las ninfas con las sirenas lloraban
y las veletas en la noche ardua.

En el cielo la luna no brillaba,
mientras allí bajaba mi piragua,
navegaba, en el mar navegaba
recordando al arbol, a la zagua.

Su mirada insistió en mirarme suave
y sus manos mi cara acariciaron.
El susurro de las olas se acuerda.

De repente su mirada era grave,
sus manos de mi cara se alejaron.
El susurro de las olas recuerda.

ED-BS

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