jueves, 20 de noviembre de 2008

Inmensidad


Tal vez no fue demasiado respetuoso en la entrada de ayer.

Tal vez no necesite serlo.

Sea lo que sea pido disculpas a quien se las tenga que pedir, pero mi bisabuelo está muerto, y eso no tiene cura.

Sea lo que sea la verdad, yo tengo un poco de razón. Murió, vale, ¿y qué?

Sí, que tengo (o debería) sentir pena por él, y todo eso. ¿Y qué consigo con eso?

Nada.

En la tierra hay 6,738,163,879 personas hoy en día, según wikipedia. Casi siete mil millones. Y ayer murieron muchos. ¿Por qué he de sentir algo más por un familiar cercano? ¿por el simple hecho de que yo descienda de él? No lo creo.

El ser humano o deja de ser una especie animal más. ¿Y las tortugas veneran la muerte de sus padres o madres? No. Ni las conocen.

Pues eso. No es más que uno más de todos esos que somos las personas. Que muera uno más o uno menos no va a cambiar el mundo.

Y no es faltar al respeto, es ser... lógico, ser... racional.

Y mañana es su entierro, al que voy a asistir.

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