domingo, 20 de septiembre de 2009

Soneto 7

Los hábitos del corazón son éstos:
latir, repartir sangre al cuerpo entero,
llevar las vitaminas, mensajero
de todo: de lo bueno y de los restos.

Lo meten todo en cajas, como en cestos,
y lo hacen sin decir ningún pero
porque es su trabajo y es certero
que para el cuerpo nunca son molestos.

Gracias al corazón vivimos todos
y gracias a él todos somos vivos
pues somos manos, dedos, pies y codos,

tenemos piernas, no somos olivos,
somos personas y, de todos modos,
todos en el mundo somos nativos.

ED-BS

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