viernes, 9 de enero de 2009

Camino


Camino siempre en la misma dirección a través de la senda de la mentira, cruzando valles, atravesando laderas, rompiendo desiertos, trazando líneas a lo largo de los bosques y buscando salidas de las junglas salvajes, extrayendo de cada uno de los lugares por lo que paso un poco de imaginación, siempre con la mirada dirigida al olvido, desesperándome al no encontrar nada más que eso en el futuro. Y recuerdo mi pasado, pero sé que no me puedo rendir, que ya no hay vuelta atrás; y, aunque mis piernas me lo piden, es mi mente irracional la que me impide dar la vuelta, la que se niega a trabajar en equipo, como lo hicimos antes, cuando mi alma y mi mente estaban del mismo lado.
Ahora ya nada es posible, nada excepto seguir andando, caminar por los senderos de mi vida, una vida ya sin esperanza, perdida en la desilusión y en la oscuridad de la idea de buscar y escondida en la esperanza de poder llegar algún día a la iusión. Interpretando lo que sería una bienvenida por un "¡márchate de aquí", evitando mantener contacto con el resto, porque es el resto lo que me ha convertido en esto. En una especie de ser mutante, en un eperimento para la ciencia, en una atracción para los niños, en un extraño para los adultos y, en definitiva, en un ser peligroso para todos los demás.
Un ser peligroso, pero no estúpido.
Un ser que camina despacio pero que nunca se detiene.
Un ser que (todos coinciden en eso) es especial.
Y en cuyo interior alberga la ilusión y en un recoveco de su corazón hay una chispa de esperanza de ser aceptado. Al mismo tiempo huyo, me alejo de todo lo que me recuerde a eso.
Y eso es lo malo.

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