miércoles, 31 de diciembre de 2008

Memorias de Olad


Había una vez un mundo en el que no había nada que separara el Cielo del Infierno, un mundo en el que el final del uno era el comienzo del otro y donde seres como tú aún no existían. Nadie sabe nada de ese mundo, no hay ningún tipo de fuentes que traten de él ni ninguna ciencia que lo estudie, así que esta es la primera vez que se os comunica su existencia. Ahora yo soy el Único que queda de lo que fue ese mundo y pronto ya no quedará nadie. Ese es el motivo por el cual escribo por primera vez de Olad, mi querido y olvidado secreto.
Al principio el Olad reinaba la paz, pues no había nada y el vacío lo inundaba todo. No existían la Luz ni la Oscuridad, la nada lo era todo y todo era nada. No intentaré describirla, pues no quiero errar como otros lo han hecho afirmando que era desoladora. Simplemente existía la nada o, mejor dicho, no existía nada.
Mucho tiempo después, por un motivo inexplicable apareció un conjunto de fuerzas que, interactuando entre sí, formaron el Caos. Y con el Caos apareció la Destrucción. Y la Destrucción fue acompañada de su hermana, la Creación, y así empezó todo. Tuvo lugar la Creación de Olad, un sinfín de sucesos que provocaron, varios milenios más tarde, el retroceso y la Destrucción.
No hay datos escritos que relaten la Creación de Olad, pero basándome en historias que se contaban cuando aún existía Olad, voy a recopilar los posibles hechos creando un posible principio creíble.
Cuentan antiguas historias que en Olad aparecieron antes los ángeles que los Demonios, que los demonios surgieron de un primer Ángel Oscuro. Yo soy descendiente directo de Él, al que todo el mundo conocía como Zaíd, pero no voy a escribir sus memorias, de eso ya se encargó Él, lo que pretendo es explicaros cómo se creó Olad.
No se podría decir que en Olad hubiera vida, pues no había muerte. Sólo se puede hablar de vida cuando se puede hablar, no de la falta de ella, si no de la pérdida de ella misma.
Pues bien, tras esos sucesos que he llamado Creación aparecieron las dos partes de Olad, el Cielo y el Infierno. Después, debido a las interacciones entre las fuerzas de Olad, se formó la primera criatura, un ser diminuto e indefenso que fue lo que fuimos todos los habitantes de Olad. Me explico. Ese primer individuo empezó a crecer y se dividió en dos. Y cada uno creció y se dividió en otros dos, y, así, se formaron miles de seres como el primero y que, como él, también ellos se dividían en dos.
Todos ellos vivían en la parte del Cielo, y lo hacían en paz y armonía. Pero en una de esas divisiones un fallo genético debido a la no separación de un cromosoma en la división de uno de esos individuos dio lugar a un ser diferente a los demás. Al contrario que el resto, este ser no tenía la piel blanca ni las alas de plumas ni del mismo color. Su piel era roja, sus alas, más grandes de lo normal, no estaban formadas por plumas, sino que eran de escamas negras y de su cabeza emergían dos negros cuernos. Además tenía una cola del color de su piel que nacía al final de su espalda y acababa en forma de flecha.
Ese primer Demonio fue desterrado al Infierno junto con la otra criatura de esa división. Y resultó que en el Infierno no se podían dividir, iban a vivir sin descendencia y solos los dos hermanos. Pero a Zaíd se le ocurrió una idea: al ver que los cuerpos de Él y de su hermano eran diferentes pensó que esas diferencias debían tener alguna razón y decidió unirlos uniendo así los cuerpos suyo y de su hermano. Les pareció a ambos satisfactorio, pues Zaíd, al penetrar su órgano alargado dentro del orificio de su, digamos ya, hermana, sentía placer y ella, al ser penetrada sentía un placer más intenso aún que el de Zaíd. Sólo probaron esta técnica una vez porque, aun siendo gozosa, no obtuvieron resultados inmediatos, como esperaban. Mas fue a lo largo de los siguientes nueve meses cuando notaron algo extraño. El cuerpo del ángel (pues la hermana de Zaíd no tenía las mismas características que Él) había ido aumentando de tamaño y, al noveno mes, ésta empezó a expulsar por su orificio a una nueva criatura.
Con ellos dos comenzó lo que desde entonces fue (y sigue siendo) la forma más habitual para obtener descendencia. Desde entonces se diferenció a las dos criaturas participantes en este acto como macho y hembra, siendo macho el que penetraba y hembra el penetrado. Apareció también el género femenino.
Zaíd decidió dar nombre a su acompañante y a su descendiente. A ella la llamó Lilith, a su descendiente, Lucifer. A él mismo se llamó Zaíd. (Esta historia continúa...)

martes, 30 de diciembre de 2008


Me estoy comiendo una manzana mientras escucho un cover de Only for the Weak, de In Flames, que he encontrado en youtube. La manzana es roja... bueno, era, ahora solo lo es por los bordes, el resto es de un amarillo verdoso y blanquecino u otro color que signifique lo mismo.
Escribo con una sola mano porque en la otra tengo la mazana a la que doy mordiscos de vez en cuando (ahora) y se va acabando por momentos...
Ya he terminado la manzana y la he tirado a la basura de la cocina. Y se está acabando la canción.
Bueno, no sé qué contar...
¿Has visto la foto que he puesto encima? Mola, ¿no?
Pues yo creo que es muy buena para reflejar cómo me siento ahora mismo. Me siento como un bebé, pero un bebé con ojos de adulto. Siento que conozco todo lo que veo, pero que no llego a reconocerlo. Y estoy asustado como lo está el de la foto. Asustado por tantas cosas que no las voy a escribir porque me pasaría horas y horas pensando. Estoy asustado y confuso, pero me siento roto. Roto por dentro, como la canción esa. Estoy todo roto por dentro. (No sé nada más). Pues así es como me siento, roto por dentro, agrietado como la tierra tras una larga temporada de sequía, la tierra que se returce sobre sí misma intentando sacar la poca agua que le queda dentro de su arena esponjosa, agrietándose más y más, desfigurándose, secándose...
Estoy seco. Y no físicamente, pues todavía tengo el gustillo de la manzana en la boca, sino que me siento seco de algún otro modo. Un modo que no sé cómo explicar pero que supongo que sabes a lo que me refiero y espero que sepas qué es lo que siento.
También tengp frío, y me tapo con mi manta. Tengo frío de esta sociedad, frío de la gente, de la que me tapo para cubrir mis ideas. No quiero que me acribillen a ideas. Que si el socialismo, que si el cristianismo... Ninguna de las dos me parecen bien. Ni esas, ni ninguna de las otras. Solo me parece bien mi forma de vida, que no se puede explicar, sólo se puede vivir.
Y sigo siendo un bebé, y sigo estando asustado, sigo teniendo grandes ojos de adulto, sigo estando roto y seco por dentro, y sigo teniendo frío de la sociedad; pero estoy aquí.
Y sé que no existo.
Sé que no existo.
Que no existo.
No existo.
Noexisto.
¿Existo?
No.
Ni
.

sábado, 27 de diciembre de 2008

Sensaciones


A veces pienso que todo lo que me rodea no son más que sensaciones que viven en el mundo de las ideas en el que antiguos filósofos creían.

A veces pienso que sería mejor un mundo así, un mundo en el que sólo los sentidos sirvieran, un mundo en el que la locura (en todos los sentidos) no estuviera mal vista y en el que los que mandasen fueran igual que los demás. O donde no mandase nadie, pero no al estilo anarquista, al estilo pacifista de Jesucristo, más o menos, pero sin la existencia de Dios.

Un mundo en el que todo estuviera regido por los sentidos y que lo ciñeran todo en el sentido más amplio de la palabra.

Donde los hombres y las mujeres fueran igual de respetados, como todo. Donde no hubiera diferenciación de raza, ni de género... donde fueran bien vistos los homosexuales, los bisexuales, los zoofílicos...

Porque en ese mundo importaría, probablemente, lo que nosotros conocemos por amor; eso que sabemos que no existe. Donde importara, no donde existiera.

Donde no hubiera vergüenza, y por lo tanto la gente fuera desnuda por la calle; donde no hubiera diferencias entre los que la tienen grande o pequeña, ni entre las que tienen tetas grandes y las que las tinen flácidas.

Sería un mundo ideal, el mundo de las ideas.
¡Qué buena idea!

viernes, 26 de diciembre de 2008

Velocidad temporal


Sigo pensando en el tiempo, y es que los días pasan a una velocidad vertiginosa, como si tardara un día completo en pulsar cada tecla de este pequeño ordenador.

Y cada día me parece todo más lejano, cada día estoy más ausente y mis sentidos funcionan peor... Bueno, no todos; el oído sigue funcionando a la perfección. Suena Cradle of Filth, Beneath the howling stars. Bajo las estrellas que aúllan. Aúllan llamándonos a todos.

No sé qué es lo que me pasa cada día. No sé qué siento, pero creo que amaina a medida que pasan las vacaciones. Creo que es mejor así, que no debería continuar acudiendo a clase...

Ahora suena Bathory Aria, y me hace pensar de nuevo al son de los acordes, que suenan como violones. Ahora suena la batería, la guitarra...

Ojalá algún día yo sepa tocar así, con esa ligereza, con esa velocidad...

Eso es lo que me falla: la velocidad. Y no sólo en tocar la guitarra, sino en todo. Todo...
En pensar, en vivir, en disfrutar...

No sé cómo hacer para que el tiempo sea más lento pero la velocidad del tiempo me sigue acechando, me vacila, me hace temblar.

Es incoherente que intente ser más rápido que él pero, a veces, no está de más hacer alguna estupidez. Como tentar al Diablo haciendo o imitando hacer espiritismo. A veces hacer el tonto es hacer lo que más se puede parecer a uno mismo. A veces no tengo tiempo para pensar lo que hago; a veces el tiempo es más que suficiente para pensar, pero no es ni lo necesario para actuar.

Y así es cómo mi vida se va a la mierda, cómo tiro las cosas por la borda, sin saber que son cosas útiles, porque no hay tiempo para pensarselo, porque mi barco ha encallado y hay que vaciarlo...

Bathory Aria ahora suena más tranquila, invitándome a continuar escribiendo...
Pero no creo que merezca la pena, sé que nadie lee estas palabras.
Si tú eres alguien, hazme saber que has leido esto; necesito saberlo.
Y alguien ya sabe quién es.

jueves, 25 de diciembre de 2008

Demasiado rápido


La utilidad de la vida es dificil de encontrar. El camino es largo y los pies son débiles. Mi entendimiento no llega a superar al de un delfín, pero de todas formas sigo aquí, luchando por mi existencia, día tras día. Y los días se convierten en semanas, las semanas en meses y los meses en años. Y no da tiempo a hacer nada. No da tiempo...
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Todo pasa tan deprisa, todo trascurre tan rápido... Quisiera parar el tiempo, quiero parar el tiempo, ser así para siempre, no crecer más. Porque veo que mi juventud pasará en un abrir y cerrar de ojos, porque me sentiré adulto durante un sólo segundo de mi existencia y ya seré anciano. Porque la ancianidad me llama cuando aún soy un adolescente.
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No me siento lo suficientemente maduro, no quiero crecer, porque al ser mayor se tienen tantas responsabilidades... No quiero tener que elegir una carrera, no quiero tener que buscar un trabajo, no quiero que todo sea tan fugaz como ahora lo es.
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Y no consigo inspirarme. Cuando escribo, las horas pasan efímeras, corroyendo mi alma y dejándome seco, seco de inspiración. Las horas pasan velozmente y no he escrito ni media cara. Y se hace incesante el sonido del reloj sonando cada hora. Hora tras hora, como avisándome de que se me acaba el tiempo.
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Pero no se acaba el tiempo, el tiempo fluye y yo fluyo con él. Como tú y como todos. Todos fluimos con el tiempo, pero un día nos quedamos enganchados a un clavito que había en la pared y el tiempo se va sin nosotros. Y en ese momento morimos.
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Y yo siento como que ese clavito me está buscando, que me acecha y me quiere ya.
Mi clavito es tan avaricioso...
Y no espera...
No me va a esperar, va a venir a buscarme.
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Espero que todo lo que he escrito cambie tu vida y tu persona. Que ya no seas tú como siempre tú has sido, que seas la faceta de tí más diferente a tí que nunca haya existido.
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Por cierto, hoy es Navidad. Feliz Navidad, aunque solo sea una fiesta sin motivo ni importancia. No como la fiesta del nacimiento de Jesús sino como fiesta de... ¡yo qué sé!... de vacaciones.

Navidad

Feliz Navidad.

miércoles, 24 de diciembre de 2008

¿Casualidad?


Hoy es 24 de diciembre de 2008. Y me he parado a pensar.
24: 2+4=6 (dos más cuatro igual a seis)
Diciembre es el mes doce: 12: 12/2=6 (doce entre dos igual a seis)
2008: 8-0-0-2=6 (ocho menos cero, menos cero y menos dos igual a seis)
Resultado: 666
Hoy es el dia de la bestia. El dia en que se celebra la Navidad. ¿Casualidad?
Juzgalo tú.

martes, 23 de diciembre de 2008

Intención


Lo he estado intentando pero no lo consigo. Y lo sigo intentando, lo estoy intentando ahora mismo, pero no puedo, no lo consigo, es imposible.
Y dicen que la intención es lo que cuenta, que lo importante es participar...
No. No puede ser verdad, aquí lo importante no es intentarlo. Es conseguirlo. Lograrlo o morir.
Llevo setenta y dos días encerrado, desde que me desperté, así que puede que lleve más días en lo que haya permanecido dormido. Llevo setenta y dos días, días completos que he ido contando desde que llegué, intentando salir de este infierno. Pero es imposible.
Y no me muero, no consigo morir...
Setenta y dos días sin comer, sin beber, ni mear, ni cagar. Creo que hay días enteros en los que no respiro, que no lo necesito.
Y lo importante es la intención, que la intención es lo que cuenta.
¡Quiero salir!
Quiero, pero no puedo.
¡Quiero morir!
Quiero, pero no puedo.
No muero, no encuentro salida... pero lo intento.
He intentado matarme de miles de maneras, pero es imposible. ¿Estaré ya muerto?
No. Imposible. No me dolería. Y me duele. Me duele mucho, pero no puedo hacer nada...
Más o menos controlo el dolor. A veces me olvido de él...
No quiero que me duela...
No quiero estar aquí...
No quiero seguir vivo...
A veces intento golpearme con las paredes, pero no hay paredes. A veces intento huir, correr, pero no puedo. Estoy amarrado con cadenas invisibles.
Invisible chains...
No las puedo ver, y lo intento.
No puedo chocar con esas paredes inexistentes.
Nonexistent walls...
No puedo librarme y liberarme de este dolor intenso.
Acute pain...
Y no puedo parar de llorar de dolor.
Crying of pain...

domingo, 21 de diciembre de 2008

Volando


Volando en un cielo de dolor, embriagado por el sufrimiento de estar aquí y no querer, inundado de melancolía, ayudando a mi alma a suicidarse lanzándose a una espiral interminable de llanto y desesperación, evitando que las mentiras de otros procuren que mi alma se salve, evitando que exista otra vida después de esta que no es más que un paso, deslizándome entre las sombras de la realidad, alzándome sobre el mar, visitando tu guarida, inventado nuevos mundos ya existentes, liberándome, creándome, existiendo e insistiendo en hacerlo...
.
No es un poema gótico, no es una forma de vida ni un modo de creer, no es una razón ni el sueño de un loco, no es nada más que un sentimiento: ¿amor?, ¿odio?, ¿ambos?...
.
Dudo en la duda de la existencia de estos sentimientos que con certeza sé que hay en mí. Intento crear un sentimiento que aúna las verdades y mentiras de los otros dos. Y no lo encuentro. No sé entonces cómo me siento, pero no me importa. ¿Es acaso posible saber si hay algo más que cerebro dentro de nuestro interior? ¿Saber que existe un alma, un espíritu, una fuerza?
.
No, no es posible, pero ¿entonces por qué creer? ¿Por dar ideas?, ¿por imaginar un mundo feliz, donde no halla muerte y donde todo sea perfercto? No. No merece la pena intentarlo, no merece la pena insistir. Simplemente somos vida haste que morimos. "Los seres vivos nacen, crecen, se reproducen y mueren" creo haber estudiado en primaria. Pues eso: ¡a reproducirse y menos hablar! Que si luego no hay nada detrás del telón nos desesperamos.
.
Nunca pensé que escribiría estas palabras. ¿Has pensado tú alguna vez que las leerías?

sábado, 20 de diciembre de 2008

Indiferente


Así es como me siento. Indiferente ante todo, indiferente ante el mundo. Si llueve, pues que llueva, si hace sol, pues que lo haga, si nieva, pues que nieve.
Y lo mismo me pasa con las personas, con las cosas... Si alguien ha hecho nosequé, vale, bien por él/ella; si ha ganado nosequé equipo, vale ¿y qué?, si han muerto nosecuántos mil personas en nosequé atentado en la otra punta del mundo, vale...
No me importa, no me siento capacitado para cambiar el mundo, no necesito saber nada sobre nada ni nadie, no me importa.
No es que no quiera saber, es que... ¿para qué saber?
No es que no me importe, es que... ¡qué más da algo o nada, si al final me voy a morir?
¿Qué más da, si me voy a ir?
¿Qué más te da, si te vas a ir?
Te vas a morir...
Y yo. Yo también.
Todos. Así que...
¿Por qué no voy a estar indiferente?
Es inenarrable porque se entiende desde antes del entendimiento.
No hace falta sentir importancia ante las cosas, ante la vida...
Y sigoo pensando en nada y sigo nadando en mi pensamiento...
Nada. Indiferencia. Ante todo.
Una espiral me cubre, me rodea, me embraga de su fragancia...
Y me muero, me muero y no me importa...
¿Hay otra vida después de esta?
¿Acaso eso importa?
No. Nada importa.
No importo.
No me importas.

jueves, 18 de diciembre de 2008

Aire


De forma incorpórea
sin tacto ni sabor
se esconde entre las sombras
y a veces lleva olor.
.
El aire es un amigo
que puede hacer llorar.
Acompañado por el frío
viene de la era glacial.
.
El aire inoportuno,
el que se sabe que vendrá,
el aire nocturno
y el de navidad.
.
Todos son aire
y son de verdad
pero es importante
para respirar.
.
No temas si se va
porque se pierde
a menudo al respirar
y al estar caliente.
.
No pienses que es verdad
que el aire es inocente.
El aire hace mal
y lo sabe la gente.
.
Es aire lo que respiras,
es aire lo que piensas,
es aire en las esquinas,
que no deja de dar vueltas.
.
Y el aire está aquí,
aunque no lo puedas ver.
El aire se va allí,
llegará al atardecer.
.
Y es esta noche sombría,
oscura y de luna oculta,
es en esta noche fría
donde el aire vive y disfruta.
.
El aire incorpóreo,
el aire natural,
el aire silencioso
y el de vendaval.
.
¡Oh, aire! Gracias
por hacerme vivir.
Sin ti no hay vida.
Sin tí no hay un aquí.
.
.
EDBS

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Nevada




El sol lucía brillante sobre los montes nevados produciendo un sentimiento de calor que no llegaba a calentar pero que sí incrementaba esa sensación de bienestar que se siente cuando uno se queda de frente ante él. Las calles estaban nevadas pero en la calzada se veían las huellas de los coches que habían pasado por allí dejando su rastro sobre la nieve que había caído durante la noche. Los árboles, desnudos de hojas, estaban vestidos con una fina capa de nieve que los cubría. Las farolas de la calle, apagadas, sostenían sobre sus cabezas pequeños montones de nieve que se derretían de vergüenza al sentir que el gran ojo del cielo les miraba intensamente. El cielo, de un azul celestial, estaba contento, pues no presentaba ningún tipo de síntoma de tener ganas de ponerse a llover lágrimas de agua o nieve, no tenía nubes. Ya está.

martes, 16 de diciembre de 2008

Sinsen-tido


Aconteció un acontecimiento (es verdad, no miento) de un problema que resultó ser un resultado.

Juzga tú mismo y búscale un sentido a la frase.
Si no se lo encuentras, escribe un comentario.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Pensando...


Mujera... ¿Por qué pienso eso?
Hombro...¿Pero a qué viene eso?
Mujer, hombre... mujera, hombro...
Sólo son palabras. Palabras que surgen con jota en la mente con té.
Todo lo que dices, todo lo que piensas, todo lo que imaginas, todo lo que sueñas, todo lo que haces, todo lo que eres, todo lo que te gustaría ser, todo lo que nunca has querido ser, todo lo que quieres tener, lo que te gusta, lo que odias, a quien amas, a quien te gustaría ver muerto, todo... todo eso es lo que pasa por tu pensamiento.
Todo eso y más cosas son lo que tú eres, en lo que tú piensas, tu vida...
No es que no seas lo que no piensas, es que sólo eres algo si lo piensas. No se puede ser sin pensar, no se puede pensar sin ser.
Es una acción incesante del cerebro, algo que no para de hacer ni dormido, ni inconsciente.
Y es que inconsciente es cuando más se piensa, pero de forma inconsciente.
No sé por qué escribo esto. Pero no dejo de pensar...
Pero tú también piensa: ¿Por qué estás leyéndolo? ¿Por qué te dedicas a leer esto que yo escibo?
No merece la pena seguir pensando... y para eso hay que morir. No merece la pena morir, piénsalo.
Es irónico. ¿Es real?
El caso es que es.
Como la espiral.
Como sus círculos
que nunca se juntan.
Como lo que pienso,
que no sé pensar.
Que no sé escribir.
Que no se hace solo.
Que lo hago sin tí.
Que estoy loco, loco.
EDBS

domingo, 14 de diciembre de 2008

Morir para contarlo


Siempre se sentía sola. No tenía amigas, nadie se preocupaba por ella y sus padres la despreciaban, especialmente su padre, quien ya había abusado de ella y la había violado. Ella no se atrevía a denunciarle por miedo a que ese hecho le llevara a su padre a continuar abusando de ella o hacerle cosas peores.
Ante todo, ella nunca había estado feliz. Su vida era una mierda, pensaba. Pero no se daba cuenta de que siempre había alguien que la miraba y la cuidaba.
No se daba cuenta, no lo sabía. Mas él seguía ahí, ayudándola cuando podía, siempre manteniendo su anonimato.
Ella pensaba suicidarse, lo pensaba a menudo, siempre con miedo, siempre asustada, pero decidida a hacerlo alguna vez. Un día, después del colegio le surgió la oportunidad. Era el momento que siempre había esperado, con temor, pero lo había esperado.
Dudó. Dudó de si era lo que tenía que hacer y se puso a pensar un motivo por el que acabar con su vida.
"Morir para contarlo" pensó.
Pero eso no tenía sentido.
Pensó en su vida. Las violaciones de su padre, los golpes de su madre, los insultos en el colegio...
Pensó en el colegio. Había un chico... un chico que parecía que la respetaba. Pensó en él. Sí, ese era el único que le había dirigido la palabra. Había sido un lunes, por la mañana.
Ella estaba sentada en su pupitre, sola en la clase, cuando él entró.
-¡Hola a todos! -saludó de forma general antes de fijarse en que sólo estaba ella.
Ella enmudeció.
-¿No respondes? Bueno, pues hola -dijo.
Ella se quedó pensando.
-Hola -respondió.
Y eso fue todo. Él la había hablado.
Se dió cuenta de que sí que había alguien que la respetaba.
Dejó el cuchillo. Ya no se iba a suicidar. No merecía la pena morir para contarlo.

sábado, 13 de diciembre de 2008

Sábado


Cierra los ojos... Imagina que es de noche.
Está oscuro, pero si miras hacia arriba ves la luna llena, y te sientes a gusto.
Miras a tu alrededor. Miras dando una vuelta alrededor tuyo. ¿Qué es lo que ves?
Ves nubes, ves cielo, ves la oscuridad de la noche, y ves un pájaro.
Un pájaro blanco, que vuela hacia tí.
Pero distingues que hay algo más, algo que te cuesta diferenciar en la oscuridad. Aguzas la vista para fijarte mejor. ¿Qué es? Sí, es otro pájaro. Un pájaro negro, quizás un cuervo.
Y ves que también se acerca a tí.
Y ves que lleva más ventaja que el blanco. Y que se acerca a tí velozmente.
Ya no está lejos, ya le puedes ver los ojos, las plumas, el pico...
Y el blanco se queda atrás, intentando combatir contra el oleaje de la noche, batiendo las alas contra la corriente de nubes, haciendo todo lo que puede para poder salvar los obstáculos de la vida...
El cuervo se está acercando más y más a tí, casi piensas que ya te va a tocar, que va a llegar a tu cara, que con sus patas te va a arañar, a rasgar, a romper la piel, a llevarse tus ojos, a comerse tus labios...
Pero no, por alguna extraña razón no llega a tocarte. Se acerca lo máximo posible, cada vez más, pero sin llegar a tocarte.
Porque tú, que ahora estás frente al ordenador, leyendo esto, tiendes a infinito. Porque a tí no se te puede llegar a tocar. Eres de otra dimensión. Eres de otro lugar, y no te culpo.
Sé que no existes aquí, que sólo eres el resultado de mis sueños, de mi imaginación. Sé que en realidad nada existe, que todos, que todo, es fruto de la mente, que todo es mentira.
No existes. Pero tampoco existe el cuervo que se acercaba a tí; y tampoco existe el pájaro blanco (quizás era una paloma); tampoco existe la pantalla del ordenador que estás mirando; tampoco existe la vista; tampoco existo yo.
Nada existe, todo es sueño. La vida es sueño, y los sueños, sueños son.

viernes, 12 de diciembre de 2008

Atrapado


Me siento atrapado. Atrapado por una sociedad de la que nunca quise formar parte. Otro día más que me quedo encerrado en casa, no puedo evitarlo.

Quisiera salir y sentirme libre, pero es la sociedad la que me atrapa. Soy antisocial, no me puedo relacionar, no puedo.

Es una sensación de impotencia, tener que quedarse en casa porque fuera hay gente...

Porque fuera me pueden querer conocer. No tengo miedo a la gente, tengo miedo de amigos, tengo miedo de sociedad, de pertenecer a ella. De ser reconocido en ella.

Tengo miedo de entrar y no poder salir... pero, al parecer ya estoy dentro. Y yo no he querido entrar. A mí nadie me ha preguntado.

No me han dejado elegir si ser un ser social o no serlo. Quisiera ser un animal, uno que no viva en sociedad... una tortuga, o un tiburón.

Ser un ser social me hace estar atrapado. Mi antisocialidad no es problema mío, ni de los demás. No es un problema, es una simple cualidad.

Quiero salir, salir y estar solo, no tener miedo.

Me gustaría un día salir de casa y encontrar a todo el mundo muerto... No habría sociedad. Ni seres humanos.

Quisiera ser el viento y poder volar sin leyes, sin normas, sin que nadie me conozca, ser invisible.

Quisiera ser invisible, o ser tan pequeño que nadie pueda verme. Así no tendría problemas.

Creo que la sociedad debe tener algo bueno, pero no lo encuentro.

Si no fuera así, quizás si tuviera amigos de verdad... y amigas... o algún animal... Pero no. Sólo tengo una familia, unos compañeros de colegio, unos profesores y nada más.

Nada más que una espiral. Y todos ellos tienen el reflejo del mismo lugar: ¿Adivinas cuál?

jueves, 11 de diciembre de 2008

Son increibles


No entiendo a los inventores de las religiones. Así, de golpe, lo que he dicho. Porque una religión se la tiene que inventar alguien, ¿no? Por eso hay muchas.

Pues no entiendo cómo tantas de las muchas religiones que hay, la mayoría, son increibles. Por ejemplo, en el Cristianismo, ¿cómo pretenden que nos creamos que una chica ha parido sin follar? Eso no se lo cree ni Dios. O que un tío, después de palmarla, resucite. O que cure a los ciegos. Yo creo que todo eso es un montaje. El que inventó la religión esta lo que hizo fue compincharse con todos y les pagó un pastón... o les pagó con mujeres.

El tío este les pagó a los actores que hacían de Jesucristo, a los apóstoles, a la Virgen (con la que seguro que se acostaba, así que no era virgen), a los ciegos, que en realidad no lo eran, a los leprosos, que se disfrazaban, a los endemoniados, que simplemente hacían el gilipollas...

El tío les pagó y ellos se montaron la película. Luego hubo cuatro pringados del público que se lo creyeron y lo escribieron en los evangelios que han llegado hasta nosotros.

Pero antes de esto ya se supone que existía Dios. ¿A quién se le ocurriría inventarse a Dios? ¿A Abraham? No lo se, pero debía tener una imaginación de la leche.

Y en las otras religiones pasa lo mismo: todo son cuentos. Lo siento, las cosas son como son. Y esto no debería ser así. Sed más originales y haced la religion de los sugus, que tendrá más éxito.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

¿Realidad?

No lo creo.
Te dejaré que respondas tú a esta pregunta.
¿Una pista?
No, soy así de egoísta.
Sólo si soy real, claro. Si no... no.

martes, 9 de diciembre de 2008

Neblina


Antes de nada debería agradecerte que estés ahí, que leas esto.
También debería agradecer a otros, a Borja, por ejemplo, por leerme y por animarme a seguir escribiendo. A todos vosotros, gracias.
A quien no quiero agradecer nada es a la neblina que se formó cuando íbamos a salir del bosque.
Si le diera las gracias se las daría por hacérmela perder, por matarla, por acabar con su vida.
Fue ayer por la tarde, por poco no salí de esa.
Era una tarde oscura y nublada. A eso de las seis.
Había queado con ella para ir al bosque, para dar un paseo y que se nos ampliara la mente, para dejar volar nuestra imaginación que está contaminada del estrés del día a día, el humo de la ciudad.
Fuimos a pasar un buen rato. Pero ella murió.
Fue una sensación terrible.
Habíamos estado caminando un rato, ella me contaba sus cosas, yo le contaba a ella las mías, y nos hablábamos, nos decíamos cosas bonitas, nos besamos...
Pero duró poco. Más bien casi no duró.
Al poco tiempo de entrar en el bosque me sentí perdido: había perdido la noción de lugar, estaba dormido en esa faceta.
Pero no dije nada, no quería que ella se estresara, habíamos ido a relajarnos.
Pronto empezó a hacer frío pero ella seguía queriendo quedarse allí, quería que nos adentráramos lo más profundo que pudieramos para hacer cosas y que nadie nos viera.
Recuerdo el placer que sentía mientras la desnudaba en el bosque. Se había llevado una toalla en una mochila para que lo hiciéramos a gusto. Y estuvo bien, estuvo muy bien.
Pero no lo podré repetir, no con ella.
Cuando acabamos, ya era de noche, quisimos salir, pero nos habíamos perdido y estaba muy oscuro.
No veíamos más que a unos palmos de nosotros mismos por una neblina, no muy densa, pero que no dejaba ver.
Un agujero. Había un agujero.
Tuve suerte de resbalar, pero ella siguió caminando.
-¿Te pasa algo? -me preguntó.
-Tranquila, sólo me he resbalado.
La respuesta fue fácil y sencilla, lo último que oyó de mí estando viva.
Porque había un agujero, un puto agujero que se la llevó.
Eran unos diez metros. Cayó sin avisarme, sin despedirse.
Yo grité su nombre, pero ya no me respondía.
No recuerdo cómo salí del bosque, sólo recuerdo su cara al preguntarme: "¿Te pasa algo?".
¿Que si me pasa algo?
¿A mí?
A ti ya no te pasa nada, ya no estás, te has muerto.
A mí sí que me pasa. Te hecho de menos.
Por qué tuvo que caer ella.
Tenía que haber sido yo el que cayera por esa espiral.
Esa Espiral hacia el Infierno.

jueves, 4 de diciembre de 2008

El tiempo



Vivo atrapado en el tiempo. Acaba de sonar la alarma. Ya son y media. Vivo atrapado en el tiempo, con el tiempo pisándome los talones, la muerte acercándose por la espalda.
Tengo miedo. Miedo del tiempo, que no se ve, no se puede tocar, pero que pasa y pasa.
Todo pasa por el tiempo, no existe un contratiempo, no existe nada eterno.
El tiempo lo rige todo, el tiempo es Dios.
Y nos está pasando todo el tiempo. Un segundo, otro, otro... Y así, se van formando minutos, que forman horas, días, semanas, meses... tiempo.
Es el tiempo lo que nos hace vivir... y morir.
Pero vivo atrapado en el tiempo. En todo tiempo se introduce una acción. Mi tiempo es siempre igual, nunca cambia. Todos los días me despierto a la misma hora, tardo el mismo tiempo en ducharme, desayuno siempre en el mismo momento y durante el mismo tiempo, día tras día.
Llego a casa todos los días a la misma hora: las cuatro y treinta y cinco. Y siempre hago las mismas cosas, en el mismo momento, durante el mismo tiempo.
El tiempo rige mi vida, ¿y la tuya?
No lo sé. Espero que tú lo sepas.
Y que no vivas como yo en una espiral de tiempo.