Los pinceles fueron siempre
sus mejores amigos
y entre las sombras de muerte
descubrió su destino.
Entendió que la suerte
no estaba consigo,
sus oídos inertes
ya fueron vencidos.
Sus pinturas tenían
un oscuro sentido
que sólo él sabía,
pues eran delito.
Pero perdió la inocencia
y también la prudencia,
pues quería a la vida,
más inmortal no sería.
El Señor no le quiere
.
ED-BS
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