jueves, 31 de diciembre de 2009

A Goya

Extraído de mi novela Doce de diciembre.

Los pinceles fueron siempre

sus mejores amigos

y entre las sombras de muerte

descubrió su destino.

Entendió que la suerte

no estaba consigo,

sus oídos inertes

ya fueron vencidos.

Sus pinturas tenían

un oscuro sentido

que sólo él sabía,

pues eran delito.

Pero perdió la inocencia

y también la prudencia,

pues quería a la vida,

más inmortal no sería.

El Señor no le quiere

entre los suyos.
.
ED-BS

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